A continuación, dado el interés, reproducimos la tribuna de nuestro gerente, José García Álvarez, que publicó recientemente Diario de Navarra. 

Tras la Semana Santa más rara de la historia comenzó la “larga marcha de vuelta” hacia la recuperación de la actividad en las empresas navarras. Sin solución de continuidad, trabajadores y empresarios pasamos de un mes de confinamiento en nuestras casas a tener el coraje y la serenidad necesarios para regresar a nuestros centros de producción y enfrentarnos a un enemigo invisible, el ya fatídico Covid-19.

Ante ese escenario, recuperar la normalidad será tan importante como erradicar el maldito virus. Para ello, debemos tener bien claro que estaremos ante un reto enorme que exigirá la unión de todos: trabajadores, empresarios, agentes sociales y, también, servicios de prevención como el nuestro. Todos deberemos arrimar el hombro sin complejos y todos deberemos contar para un regreso que, obligatoriamente, deberá ser planificado con sumo cuidado.

Porque en ese momento en el que se abra la puerta, se desconecte la alarma y se encienda la luz, va a ser muy difícil que todas las empresas cumplan con las condiciones establecidas para asegurar ese regreso al trabajo con “riesgo 0” que todos queremos. Quiero animar, por tanto, a empresarios y trabajadores a resolver los problemas que puedan surgir con diálogo sincero y abierto, sin recurrir a posturas intransigentes por ninguna de las partes. El tejido industrial navarro ha demostrado, a este respecto, que cuenta con dos herramientas, con las que lleva trabajando muchos años y que hoy se muestran como imprescindibles para enfrentar esta situación de emergencia: la mejora continua y el trabajo en equipo.

La mejora continua desempeña un papel fundamental como motor de cambio y adaptación de la realidad industrial a las nuevas condiciones de trabajo. Ante un riesgo de contagio en el entorno laboral, nadie se va a quedar parado. Surgirán nuevos procedimientos y herramientas. También soluciones tecnológicas 4.0 y se organizarán grupos de trabajo destinados a que en todas las áreas y lugares de trabajo se limiten al máximo el riesgo de contagio por coronavirus.

Por otro lado está el trabajo en equipo, otras de las patas fundamentales en el proceso de cambio que deberán afrontar nuestras empresas. Ahí, como ya he dicho antes, contamos todos ya que el éxito dependerá, en gran medida, del coraje, el talento y de la voluntad de llegar a acuerdos que demostremos en este momento crucial para muchas  de nuestras organizaciones.

Muchas cosas están en juego, efectivamente, y la buena noticia es que el poder de decisión está en nuestras manos. Es el momento de que todos seamos proactivos para detectar problemas, sacarlos a la luz y buscar soluciones. Es el momento de que las empresas pidan ayuda y se coordinen con sus servicios de prevención de riesgos laborales para atender cualquier dificultad, más si cabe en un tema tan preciado por todos como el de la salud.

La normalidad tardará tiempo en abrirse camino. No regresará de repente ni en una fecha planificada. Tendremos que involucrarnos al máximo para reducir al máximo los plazos y, aun así, todo pasará tan lento que, cuando nos vayamos a dar cuenta, ya lo habremos conseguido. Para esa batalla, el talento de trabajadores y de los empresarios navarros está sobradamente demostrado. Lo hemos probado en más de una ocasión. Ha llegado el momento de que lo volvamos a poner al servicio una vez más en favor de que nuestro tejido industrial recupere, más pronto que tarde, la normalidad.

José García Álvarez
Gerente de Gesinor